La gastronomía continúa fortaleciendo la experiencia de los huéspedes y el vínculo con las comunidades locales. Así lo destaca el chef ejecutivo Nibaldo Escobar, quien, con 35 años de trayectoria, asegura que cocinar también implica conectar con las personas, apoyar a productores y valorar los ingredientes frescos.
Grand Decameron Panama, A Trademark All Inclusive trabaja diariamente con verduras y frutas provenientes de Chiriquí, muchas de ellas hidropónicas y cosechadas en su punto óptimo. A esto se suman proteínas locales como cordero, gallina de libre pastoreo y pescados frescos adquiridos directamente a pequeños productores del área. El chef Nibaldo nos comenta que “La frescura se siente cuando estandarizas una calidad”, destacando que comprar directamente a pequeños productores garantiza, precios justos, calidad y sostenibilidad reconociendo el esfuerzo de agricultores y pescadores.
Esta relación se ha convertido en un vínculo humano que impulsa el crecimiento de proveedores locales mediante capacitaciones, evaluaciones de calidad y procesos que aseguran inocuidad alimentaria. Esa conexión humana también se refleja en el equipo interno.
Con casi 900 colaboradores Decameron refuerza su compromiso con el desarrollo económico y social de las comunidades donde opera. Solo el área de cocina comprende el 36% de la fuerza laboral del hotel, 170 corresponden al área propia de cocina y 150 saloneros que atienden a los huéspedes en diferentes turnos, todos ellos originarios de los distritos de Río Hato, Antón y Penonomé. Además, “en Decameron se impulsa la capacitación y el crecimiento profesional, permitiendo que muchos colaboradores hayan pasado de roles operativos a posiciones de liderazgo en cocina y pastelería”, menciona el chef Nibaldo.
La experiencia gastronómica se complementa con propuestas creativas como asados al aire libre, panes artesanales, postres tradicionales y recetas elaboradas con productos recién cosechados. Incluso los niños participan a través de programas que los acercan a la agricultura y a la cocina.
En el ámbito operativo, detrás de cada plato existe un riguroso sistema de control de calidad que aplica para cada ingrediente, incluyendo auditorías a proveedores que pasan por estrictos controles de temperatura y protocolos de higiene, asegurando así la frescura y seguridad de los alimentos.
La filosofía del chef es clara: “Hay que ser humano primero que todo”. Su misión va más allá de dirigir una cocina; busca motivar, enseñar y generar impacto. Para él, la gastronomía es un puente entre la tradición local, la comunidad y los visitantes, convirtiéndose en un elemento distintivo basado en la pasión, la frescura y el respeto.
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