El autocuidado es fundamental para mejorar la calidad de vida y los resultados de salud en América Latina, una región en donde el acceso a servicios de salud y una nutrición adecuada son a menudo limitados. Los suplementos alimenticios representan una solución viable para mitigar deficiencias nutricionales y reducir ciertos factores de riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT). Su uso contribuye a aliviar la presión sobre los sistemas de salud, los cuales enfrentan desafíos significativos debido a una mayor demanda de recursos que genera el crecimiento demográfico, el aumento de la esperanza de vida y el impacto de las ENT.
El autocuidado, definido por la Organización Mundial de la Salud – OMS, es la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud[i].
Para comprender mejor su impacto en la alimentación y la salud, recientemente, la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR) realizó el estudio titulado "El valor económico y social del autocuidado a través del uso de suplementos alimenticios en América Latina[ii]”. Los resultados del estudio se presentaron a través de un seminario web al que asistieron autoridades sanitarias y de Gobierno, profesionales de salud, nutricionistas, académicos y proveedores de productos de autocuidado en América Latina. Estos resultados demuestran el impacto basado en evidencia científica (estudios clínicos de varios tipos de protocolos como meta- análisis), que tienen los suplementos alimenticios en las principales condiciones de salud, centrado en cinco nutrientes y compuestos clave: ácidos grasos omega-3, fibra soluble, probióticos, cromo y vitaminas del grupo B (B6, B9 y B12).
Los hallazgos revelan que el uso de suplementos alimenticios puede tener un efecto positivo, tanto en la salud general de las personas, como en la sustentabilidad económica de los sistemas de salud. Esto se refleja en la disminución del riesgo relativo de experimentar eventos asociados con ciertas condiciones de salud, la reducción del ausentismo laboral, el aumento de eventos evitables y las posibles economías potenciales entre 2022-2030, a partir de dicha estrategia.
El estudio resalta que la adopción de estilos de vida saludables y la práctica del autocuidado, contribuyen a disminuir algunos factores de riesgo de ciertas enfermedades no transmisibles (ENT), que se estima, costarán a la economía mundial más de $30 billones de dólares en el periodo 2011-2030 [iii] (World Economic Forum and Harvard, 2011 – OPS/OMS).
Desafíos en la alimentación en América Latina
El tipo, calidad y cantidad de alimentos ingeridos son factores que marcan la diferencia entre una alimentación saludable y una no saludable. Según los datos del Programa Mundial de Alimentos, la población global enfrenta serios desafíos nutricionales por la deficiencia de micronutrientes, que actualmente impacta a aproximadamente 2 mil millones de personas en el mundo, debido principalmente a la falta de acceso a alimentos seguros, nutritivos y suficientes[iv]. En la región latinoamericana, un 25% de la población no puede acceder regularmente a una alimentación saludable[v]. En consecuencia, las deficiencias de nutrientes trascienden la salud individual y afectan los sistemas de salud y las economías de los países latinoamericanos. La insuficiencia de nutrientes como las vitaminas del complejo B, el cromo, el omega 3 y la fibra soluble, ha sido vinculada directamente con un aumento en algunos factores de riesgo asociados a condiciones crónicas o ENT (presión arterial, nivel de colesterol, peso, niveles de azúcar en sangre, entre otros).
Según la Organización Panamericana de la Salud - OPS[vi] los problemas de salud con más prevalencia entre la población de América Latina y el Caribe (2022) son: la enfermedad coronaria, la diabetes tipo 2, el síndrome del intestino irritable y el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Los suplementos alimenticios son productos de autocuidado que contribuyen de forma eficaz a cerrar la brecha entre el estado nutricional actual y las ingestas óptimas de nutrientes y otros compuestos, complementando así la alimentación como pilar de un estilo de vida saludable. Estos productos están compuestos por vitaminas, minerales, probióticos, fibra soluble u otras sustancias, con un efecto nutricional o fisiológico, que se presentan en formas dosificadas (por ejemplo, píldoras, tabletas, cápsulas, líquidos, polvos, gomitas, entre otros)[vii].
Juan Thompson, presidente ejecutivo de ILAR, destaca que: “Extender la práctica del autocuidado es fundamental para mejorar los resultados de salud en nuestra región. El uso de suplementos alimenticios, respaldado por evidencia científica, puede jugar un papel transformador en mitigar algunos factores de riesgo para las ENT, reduciendo los impactos económicos directos e indirectos de los sistemas de salud. Si logramos disminuir algunos factores de riesgo y eventos asociados a estas condiciones de salud, tendremos sin duda un efecto positivo en la sustentabilidad económica de los sistemas de salud, la productividad y el bienestar de los individuos en general”.
[i] WHO guideline on self-care interventions for health and well-being, 2022 revision. Disponible en: 9789240052192-eng.pdf (who.int)
[ii] La región total de América Latina incluye todos los países de América del Sur, América Central y México, y el Caribe
[iii] World Economic Forum and Harvard, 2011. The Global Economic Burden of Non-communicable Diseases. Citado por: OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud (paho.org) - Economía de las ENT
[iv] Programa Mundial de Alimentos, 2016. "El “Hambre Oculta”, un grave problema de salud pública en América Latina y el Caribe | World Food Programme (wfp.org)
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