17 de Abril es el Día Mundial
del Malbec. Ese día se conmemora la
fecha en que el presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento anunció
oficialmente su misión de transformar la industria vinícola de Argentina. En esa fecha, en 1853, el presidente argentino
comisionó al francés Michel Aimé Pouget para que importara nuevas vides. Entre sus selecciones se encontraba la
variedad Malbec.
La
tarea impuesta a Pouget puede sonar como cosa sencilla, pero no lo es. Toma mucho conocimiento, experiencia y tiempo
el adaptar estas vides francesas a una gama muy diversa de terruños en suelo
sudamericano de Argentina. Como cosa
providencial, una década más tarde, Francia enfrentó los embates de la plaga de
la filóxera, que afectó a la Región del Ródano.
Mientras esto sucedía, Malbec cobraba más y mejor fuerza y
"experiencia", palantada sobre los suelos argentinos y dando origen a
vinos de amplia superioridad en comparación con los de su país de origen. Muchas décadas más tarde, Francia enfrenta
otro retroceso, en 1956, con la helada que acabó con la mayoría de los viñedos
de Malbec.
Malbec
es una de las bellezas de la historia moderna de nuestro planeta, posicionando a
la nación argentina en el mapa como una de las regiones vinícolas importantes
del mundo. Esta variedad era una de las
seis cepas rojas de Bordeaux, pero tal vez la menos importante, usada solamente
en algunos cortes, en la ámplia sub-región de Entre-Deux-Mers, para darle algo
de redondez a estos largos vinos.
Malbec,
sin embargo, ha encontrado escenario propio gracias a los terruños argentinos,
donde esta uva alcanza una maduración más compleja y completa para dar paso a
vinos de gran vuelo. Actualmente, Malbec
es la cepa insignia de Argentina, siendo éste el país que tiene mayor
superficie plantada con esta variedad en el mundo. Aproximadamente el 75% de los vinos Malbec en
el mundo provienen de Argentina. El
resto proviene del Suroeste de Francia, específicamente Cahors, en donde la
cepa es llamada Côt.
La
variedad Malbec se da muy bien en Argentina, gracias a la altitud de los
viñedos en que está plantada. La
variación térmica entre el día y la noche es muy importante para el desarrollo
óptimo de esta resistente uva. Los
viñedos de Mendoza son óptimos, con altitudes que varían entre 3 mil y 5mil
pies de altitud.
Un
dato curioso y mágico sobre la adaptación de la uva Malbec a los altiplanos de
Mendoza y otros suelos de Argentina es la alta concentración del fenol natural
conocido como resveratrol. Debido a la
gran altura de estos viñedos, la piel de las uvas malbec se protegen de esta
drástica variación térmica produciendo este compuesto llamado resveratrol. Como ustedes saben, es la piel de la uva la
que aporta estos componentes químicos importantes al vino, tales como los
polifenoles, ésteres, taninos, flavonoides, y polialdehidos; macromoléculas que
además de aportar positivamente a nuestra salud, también son responsables por contribuir
en gran medida a la complejidad y diversidad de aromas y sabores en esta
bebida. Todos los vinos tintos tienen
resveratrol; sin embargo, los Malbecs de Argentina posee una concentración más
alta de esta macromolécula que cualquier otro vino proveniente de cualquier
otra uva en el mundo. Resveratrol es un
antioxidante poderoso, capaz de hacerlo a uno sentirse mejor, tener más larga
vida, y verse más joven. Se ha
comprobado que el resveratrol es eficaz previniendo enfermedades tales como
Huntington, Alzheimer, tumores cancerosos, enfermedades coronarias, diabetes,
depresión, y envejecimiento prematuro de la piel.
En
todo caso, en la actualidad, Malbec es un varietal muy popular entre los
consumidores de vino en el mundo, sobretodo por su calidad y volumen, versus su
precio. Cabe destacar que los Malbecs
argentinos comunmente son exhuberantes y voluminosos, cargados de sabores a
fruta madura, ciruelas, cerezas negras y moras, junto con notas ocacionales a
vainilla, cocoa y café, mientras que los Malbecs de Cahors traen un perfil
diferente, probablemente con mayor acidez y habilidad para combinar con alta
cocina, y sabores a pimienta negra, violetas, y notas minerales. Estos últimos tienden a ser más ligeros,
además.
Es
importante destacar también el tipo de gastronomía que usualmente va de la mano
con los Malbecs argentinos, dado que este elemento también le ha dado realce a
la imagen de la uva Malbec en el mundo moderno.
La palabra mágica en Argentina es "asados". Estos vinos van formidablemente bien con las
carnes de parrilla, o asados de carne de res, puerco, embutidos, cordero, aves,
o en todo caso, quesos duros. Un buen
corte de carne junto con un buen Malbec es un banquete real. Se puede probar también con una buena
hamburguesa que provenga de la parrilla a las brasas.
Publico
este artículo con bastante anticipación al Día Mundial del Malbec, dado que el
viernes 8 de Abril regreso al programa radial matutino The Breakfast Show with Gerry D, y el tema será, como es apropiado
para el mes de Abril, Malbec. Probaremos
dos vinos: el 2009 Chateau D'Ourbenac, Malbec, Cahors; y el 2012 Guarda Lagarde
Colección de Viñedos, Malbec, Luján de Cuyo, Mendoza. Sintonizame en la frecuencia 89.3 FM a las
8:15 am en la mencionada fecha para que probemos estos dos vinos juntos. ¡Salud a todos!