domingo, 28 de marzo de 2010
Reflexión de Semana Santa
A veces no está de mas, volver a los básicos. Cuando éramos niños nuestros padres eran los que guiaban y decidían a donde íbamos y que se hacía. Y al llegar esta época del año, en algunas familias católicas, como la mía, lo que hacíamos era participar de todas las actividades de la Semana Santa.
Me da pena al escuchar algunas personas decir ahora de adultos: “es que ya fui tanto a misa con mi mamá de niño, que me traumaron, por eso ya no voy” o “en la escuela de padres/monjas nos hicieron ir a misa tanto que ya cumplí por lo que queda de vida”, etc.
Otros se defienden al decir: “yo creo en Dios a mi manera por eso no voy a misa”. Me parece que tienen un punto al admitir la fe, pero, eso de “a mi manera”, como se explica? Cuando Dios lo que nos manda es a cumplir con sus 10 mandamientos, estar anuentes de nuestros pecados y arrepentirnos.
Supongo que en el camino de la formación cristiana, algo no se hizo bien, algo no quedó claro, pues no se trata de una alcancía que llenamos o de las cuotas del Seguro Social, que cuando ya las completo, las termino.
Es importante recordar que nuestra vida, llena de las cosas cotidianas y de todos nuestros deberes, es un camino de preparación, para el encuentro con el Señor, el día que el lo decida, hay que estar preparados.
Por qué esperar a ser viejitos, para entonces ir a misa todos los días, pertenecer a grupos de oración, etc. A veces también es bueno dar todo esto cuando se tiene la energía de la juventud.
No critico, ni culpo a nadie. Pero les invito a sacar un tiempo en esta semana y participar con reflexión y amor de las celebraciones en las iglesias a lo lardo y ancho de nuestro país.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario