martes, 1 de agosto de 2017

Tremendo fin de semana en familia

A veces un par de libras de más se pueden perdonar si la causa fue justa y si el tiempo que pasamos es de primera, justo esto fue lo que pasó el fin de semana que acaba de pasar, el último fin de semana de julio fue lleno de actividades en familia, y eso vale la pena al 100%.

El viernes en la tarde llegando a casa después del trabajo, esperamos la visita de nuestra querida Tía Mima (tía de mi esposo por el lado paterno de la familia) y su ahijada Carolina. El tema de la velada era escuchar música clásica, tomar vinos y comer cosas ricas.

Los vinos:
- Gruner Veltliner, 2015, Berger, Austriaco. A mi en general me encantan los Gruner, por lo que estaba feliz con esta opción mientras disfrutabamos de varias entraditas que teníamos para la noche, entre ellas ceviche gourmet, empanadas hechas en casa y quesos.

- Montsant, Mas de Can Blau: este vino tinto más robusto lo degustamos con filete de res a la pimienta.

La velada fue encantadora con música de los grandes compositores clásicos y las óperas Rogoletto y Turandot (pueden dar click sobre el nombre para leer un artículo sobre esta obra).

El sábado fue otra agenda familiar. Temprano en la mañana nos fuimos a la Iglesia de Guadalupe a reunirnos con la familia materna de mi esposo a rendeir a homenaje y depositar las cenizas de su tío Don Jorge Rubén Rosas (q.e.p.d). una reunión familiar muy íntima  y llena de sentimientos. A mi parecer momentos muy importantes para la familia ya que desde su muerte hace un mes todos los actos de despedida fueron acompañandos de un toque público y político, ya que sin duda fue un gran patriota a quien todos querían rendir tributo.  Con mucho cariño la familia se reunió para un almuerzo y compartir memorias muy gratas.


En la noche, Carlos, Gabriel y yo, fuimos a cenar juntos y descansamos temprano.

El domimgo inició temprano saliendo para misa y regresamos a casa para preparar un delicioso almuerzo ya que venía mis suegros y mis cuñandos.

Como a mi suegra, Doña Doris de Mata, le encanta el risotto, Carlos se lució con uno que le quedó espectacular: risoto de langosta, conchuleas y espárragos. Para compartir antes de la comida tomamos un Rosé, Pratsch, de Austria y con el risotto un Grand Crú 2007 de Echezeauz, que según Carlos estaba aún muy joven pero valía completamente para el momento en familia.



Al final de la tarde y con tanta lluvia, nos quedamos solos en casa haciendo cine y disfrutando el resto del fin de semana :-)


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