Cada 24 de marzo, en muchas partes del mundo
se rinde homenaje a la memoria del beato Oscar Arnulfo Romero, el arzobispo
mártir salvadoreño y santo patrono de la JMJ Panamá 2019, y recordamos su
asesinato hace 38 años mientras presidía la Eucaristía.
El pasado 7 de marzo, el Santo Padre
sorprendió a la Iglesia anunciando la aprobación del milagro que permitirá la
canonización del mártir del siglo XX más conocido y amado en el mundo. "Es
un día de gloria para el país, de júbilo y de esperanza", declaraba en esa
ocasión el cardenal Gregorio Rosa Chávez, arzobispo auxiliar de San Salvador,
quien trabajó estrechamente con monseñor Romero a finales de los setenta.
"Hoy es un
día grande para El Salvador. Hoy San Romero de América ya es San Romero del
mundo" ~ Cardenal Gregorio Rosa Chávez.
El legado de monseñor Romero ha trascendido
todas las esferas, incluso mucho después de su muerte. En 1978 fue nombrado
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Georgetown (EE.UU), en 1979 fue
nominado al Premio Nobel de la Paz y en febrero de 1980 fue investido Doctor
Honoris Causa por la Universidad de Lovaina (Bélgica).
Para la Iglesia Anglicana, Romero es uno de
los 10 mártires cristianos del siglo XX, quienes están representados en las
estatuas de la Abadía de Westminster, en pleno centro de Londres.
El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea
General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo, la fecha de su
martirio, como “Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con
Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas”.
La trascendencia del primer arzobispo mártir
de América vence cualquier tipo de barrera geográfica y cultural, y se ha
convertido en símbolo del cristianismo contemporáneo. Su muerte coronó una vida
de seguimiento de Cristo, opción decidida por el Reino de Dios y su justicia,
escucha de la palabra, fidelidad, valentía, sentido de Iglesia y servicio al
pueblo.
“Hermanos cómo
quisiera yo grabar en el corazón de cada uno esta gran idea: el cristianismo no
es un conjunto de verdades que hay que creer, de leyes que hay que cumplir, de
prohibiciones. Así resulta muy repugnante. El cristianismo es una persona, que
me amó tanto, que me reclama mi amor. El cristianismo es Cristo." ~ Mons. Óscar A. Romero, homilía 6 de noviembre de 1977.
Romero y Francisco:
De todos es conocido que, uno de los principales
motores del proceso de beatificación y canonización de monseñor Romero, fue el
mismo papa Francisco desde su llegada al Vaticano en 2013.
En una emotiva carta del Papa dirigida a monseñor
José Luis Escobar Alas (actual arzobispo de San Salvador), leída previo a la
ceremonia de beatificación en 2015, estas fueron las palabras del Santo Padre
al referirse a Romero: “En ese hermoso país centroamericano, bañado por el
océano Pacífico, el Señor concedió a su Iglesia un obispo celoso que, amando a
Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor”.
“En
tiempos de difícil convivencia, monseñor Romero supo guiar, defender y proteger
a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia.
Su ministerio se distinguió por una particular atención a los más pobres y
marginados. Y en el momento de su muerte, mientras celebraba el santo
sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse
plenamente con aquel que dio la vida por sus ovejas”. ~ Papa Francisco.
En el artículo titulado “El Papa Francisco y
Monseñor Romero” (2014), escrito por el cardenal Rosa Chávez (primer cardenal
en la historia de El Salvador) para una revista salvadoreña, se precisan siete
semejanzas entre ambos pastores que nos pueden ayudar para seguirlos tomando
como ejemplo:
- Pastores de profunda devoción mariana.
- Pastores con olor a oveja y con un oído puesto en el pueblo.
- Pastores que evangelizan con lo que son, con lo que hacen y con lo que dicen.
- Pastores con el don de la palabra que llega al corazón.
- Pastores que sueñan con “una iglesia pobre y para los pobres”.
- Pastores con un profundo amor y admiración a Pablo VI.
- Conclusión: una “Iglesia en salida” y “la Iglesia de la Pascua”.
Cuenta la historia, que un sacerdote conversando en
aquel entonces con el cardenal Bergoglio durante la Conferencia de Aparecida en
2007, al preguntarle sobre monseñor Romero, contestó: “Para mí es un santo y un
mártir. Si yo fuera Papa, ya lo habría canonizado”.
En la Audiencia General del 7 de enero de 2015, el
papa Francisco citó a mons. Romero, quien decía que las madres viven un
martirio materno. En la homilía para el funeral de un sacerdote asesinado por
los escuadrones de la muerte en 1977, evocando al Concilio Vaticano II,
monseñor Romero afirmó que “dar la vida no significa sólo ser asesinados; dar
la vida, tener espíritu de martirio, es entregarla en el deber, en el silencio,
en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en ese silencio de la vida
cotidiana; dar la vida poco a poco. Sí, como la entrega una madre, que sin
temor, con la sencillez del martirio materno, concibe en su seno a un hijo, lo
da a luz, lo amamanta, lo cría y cuida con afecto. Es dar la vida. Es
martirio”, decía el Papa citando a Romero.
Tres años después de este discurso, el mundo conoció
los detalles sobre el milagro aprobado que permitirá declarar santo a Romero:
la curación inexplicable de una mujer embarazada, una joven madre salvadoreña
con una enfermedad terminal y desahuciada, que por intercesión del Beato, sanó
y dio a luz a un bebé sano.
Impresionantes coincidencias, ¿verdad?
Que en esta Jornada Mundial de la Juventud, sigamos
aprendiendo del modelo de santidad que nos proponen todos nuestros santos patronos", y
descubramos más aspectos especiales sobre sus vidas.
de Aparecida en 2007?
ResponderEliminarAlgunas películas https://repelis.tube proporcionan mucha información... "No tienes que salir por la puerta,
ResponderEliminar"No hace falta salir por la puerta para saber lo que pasa,
No tienes que mirar por la ventana,
Para ver el camino correcto.
Puedes ir al otro lado del mundo,
Y nunca encuentras la respuesta que buscas.
"Los sabios nos aconsejan
Ese es el camino del Conocimiento:
Estudiar todo sin confiar en nadie,
No juzgues a los demás por su ropa, sino por su mente,
Sin amonestación alcanzar el entendimiento".