Joshua Bell es un virtuoso intérprete del violín en la era actual. Su pasión por la música y su talento no conoce límites. En su niñez, Joshua Bell fue un niño prodigio. Recientemente obtuvo el nombramiento como Director Musical de la prestigiosísima orquesta de cámara británica Academy of St. Martin in the Fields, título hasta ahora ocupado solamente por su fundador, Neville Marriner.
Este genio actual de la música nació en
Bloomington, Indiana (Estados Unidos) el 9 de Diciembre de 1967. Proviene de padre descendiente de escoceses,
y de madre judía; ambos psicólogos.
Joshua comenzó a tomar lecciones de violín a los cuatro años de edad, tras
su madre descubrir que el niño había tomado ligas elásticas para estirarlas
entre los tiradores de las gavetas de la cómoda, para producir sonidos
musicales cual guitarra, imitando una melodía que había escuchado a la madre
interpretar en el piano.
A la edad de 12 años, Joshua ya era discípulo del
violinista y pedagogo Josef Gingold, e iba certeramente encaminado en sus
estudios del hermoso instrumento clásico.
A los 14 años, Bell se presentó como solista junto a la Orquesta
Sinfónica de Filadelfia, bajo la dirección de Riccardo Muti. Mientras esos años transcurrían, Bell
practicaba deportes y llevaba una vida normal como la de cualquier otro chico
de su edad. Incluso compitió en un
torneo estatal de tenis a los diez años.
Se graduó de secundaria en Bloomington High School
North en 1984. Para entonces, ya era
estudiante del Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana. Recibió el título universitario como músico
violinista en 1989. Su alma mater
(Universidad de Indiana) le otorgó el Galardón del Egresado de Servicio
Distinguido tan solo dos años después de su graduación. Ha sido nombrado una "Leyenda Viviente
de Indiana", y ha recibido el Premio a las Artes del Gobernador de
Indiana.
Aquí es donde viene la parte más interesante. Este virtuoso y prodigio violinista realizó
su debut en Carnegie Hall en 1985, a los 17 años de edad, con la Sinfónica de
St. Louis. Desde entonces, se ha
presentado con muchas de las mejores orquestas del mundo, y junto a los más
importantes directores de orquesta.
Joshua Bell, no solo ha interpretado repertorios muy conocidos, sino
además piezas nuevas. El concierto de
violín de Nicholas Maw es dedicado al virtuoso Bell, quien lo estrenó al mundo
en 1993; además obtuvo un Premio Grammy por la grabación de esta obra. Otro estreno fue la interpretación de la parte
solo del tema musical de la película The Red Violin. Dicha pista sonora, compuesta por John
Corigliano, ganó el Oscar. Bell aparece, además, en el filme Music of the
Heart, una historia real sobre el poder de la música.
El violín del Maestro Bell es un Stradivarius de
300 años de antigüedad, conocido en el mundo como el Gibson ex Huberman,
fabricado en 1713, durante la época denominada como "La Era Dorada de
Antonio Stradivari". Este
instrumento tiene una larga y compleja historia, incluyendo la manera en que
Bell lo encontró y lo pudo comprar. Joshua Bell vendió su violín anterior, un Tom
Taylor Stradivarius, por poco más de dos millones de dólares, para poder
comprar el Gibson ex Huberman, por una suma ligeramente inferior a los cuatro
millones de dólares.
En la actualidad, el Maestro Bell ejerce diversas
funciones importantes, tales como ser socio artístico de la Orquesta de Cámara
de Saint Paul (desde 2004). Es profesor
visitante en la prestigiosa Royal Academy of Music, en Londres. Participa en el comité seleccionador de
artistas del Kennedy Center Honors.
Además, es Profesor Adjunto Asociado en el Massachusetts Institute of
Technology.
He aquí un dato muy curioso: como parte de un
experimento ideado por Gene Weingarten, columnista del Washington Post, Bell se
puso una gorra de béisbol y tocó su violín como músico callejero incógnito en
la estación L'Enfant Plaza del Metro de Washington D.C., el 12 de Enero de
2007. El experimento fue grabado por
video cámara escondida. Se observó que
de 1,097 personas que pasaron por el lugar, sólo siete se detuvieron a
escucharlo tocar, y sólo uno lo reconoció.
Durante su recital de casi 45 minutos, Joshua Bell recolectó $32.17, de
manos de 27 deambulantes (excluyendo $20 aportados por la persona que lo
reconoció). Solo tres días antes, el
joven maestro Bell había recibido una cantidad de dinero muy superior al
ofrecer el mismo repertorio en un concierto.
El periodista Weingarten recibió el Premio Pulitzer en 2008 por su
artículo periodístico describiendo este experimento.
Con gran sentido de honestidad, cariño y orgullo,
es un privilegio para este blog el reflexionar sobre la vida y el desempeño de
un gran maestro musical de nuestra época; uno que fue niño prodigio, y que
explotó sus habilidades innatas y le añadió escuela de primera calidad para extender el
invaluable legado cultural universal de los genios musicales clásicos, modernos
y contemporáneos, y dejar, además, su propia herencia. Aunque ignorado en el Metro, tocando el
insigne instrumento clásico, pensamos que el futuro de Joshua Bell no conoce
límites, y brillará en la historia enorme y ostentosamente.
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