8 de noviembre, se cumplen 2 años y medio o 30 meses desde que llegó Gabriel a nuestras vidas, para cambiarlas y revolucionarlas por completo.
Ahora con 2 años y medio es todo un hombrecito, gracias a Dios lleno de salud y deseos de descubrir el mundo. Nunca entendí por qué los americanos dicen "the terribles two's", pero tienen mucha razón, es un periodo de muchos cambios en el desarrollo físico e intelectual del ser humano, así como en la adolescencia, donde el individuo desea ser independiente, descubrir cosas nuevas, traspasar sus fronteras; es una etapa muy normal en la que los tantrum llegan de un momento a otro y así mismo se desaparecen. La etapa más fuerte en Gabriel fue aproximadamente 2 meses antes de cumplir los 2 años, hasta casi los 2 años 4 meses. No voy a decir que está superada, pero si hemos notado cambios a su favor.
Los días de Gabriel transcurren con una agenda ocupada que va más o menos así, de lunes a viernes:
6:00a.m. Despierta y se pasa con mamá y papá a despertarlos y jugar un poco
6:30a.m. Estamos en la cocina arreglando el desayuno y la maleta del día. Esta maleta incluye:
- Ropa para cambiarlo
- Meriendas saludables
- Almuerzo
- Leche
7:00a.m. Hora del baño de Gabriel, cuando él está bañado y vestido puede jugar con sus carros o ver un poco de televisión (videos musicales infantiles). Esto le da tiempo a mamá para bañarse y arreglarse.
7:45a.m. aproximadamente estamos saliendo de la casa rumbo a la guardería.
8:00a.m. Gabriel llega a la guardería muy feliz.
5:30p.m. Después de pasar más horas que una jornada de trabajo en la guardería, es tiempo de ir a casa.
6:00p.m. Hora de cenar
6:30p.m. Juegos: a veces en el parque del área social, otras veces con sus juguetes en casa con papá y mamá.
7:30p.m. Hora del baño (en este si le doy tiempo extra para que juegue)
8:00p.m. ya en pijamas es la hora de jugar en el cuarto de papá y mamá o quizás ver algunos videos musicales, o algún animado que en el momento le interesa.
8:45p.m. Hora de la leche y leer libros.
9:00p.m. A dormir.
Estas son horas aproximadas como se imaginarán, ya que hay días que se despierta más temprano (casi nunca es más tarde). Otros días según la hora que durmió siesta, entonces quiere dormir a las 9:30p.m.
Los fines de semana aunque no vamos a la guardería, el horario se mantiene prácticamente igual, salvo alguno que otra día que trato de ser más flexible con la hora del baño por ejemplo.
En cuanto a temas de salud, hace unos meses tuvimos que combatir fuertemente contra los resfriados que nos invadieron uno tras otro, y por supuesto que ir a la guardería no ayudó mucho ya que los niños se contagian bastante, pero ya hace rato no pesca un resfrío.
Mayores logros: después de cumplir los 2 años nos decidimos a dejar lo pañales y presentarle a Gabriel un mundo totalmente nuevo para él. No exagero y le doy gracias a Dios, porque ante mi estrés y temor de no saber como iba a ser, fue sorpresivamente más fácil y rápido de lo que pensaba. Un lunes fuimos a la guardería con una maleta más cargada de lo usual, ya que iban varias mudas de ropa, no se cuantos calzoncillos puse y hasta zapatillas extras en caso de "accidentes" que llegaran hasta los pies. Por supuesto ese día vinieron 2 o 3 calzoncillos sucios y ropa, pero Gabriel estaba completamente atento a la posibilidad de que si no nos avisaba a tiempo se iba a mojar. Nosotros (Carlos y yo) le preguntábamos cada 10 minutos si necesitaba hacer "Pipí" o "Pupú", hasta que por fin dijo que sí lo necesitaba. Como todavía era un poco confuso lo acompañamos y le explicamos cómo tenía que hacerlo y poco después ante mis incrédulos ojos, hizo "Pipí". Sinceramente yo estaba tan emocionada que lloré y me reía al mismo tiempo, estábamos muy orgullosos de él y así se lo hicimos saber.
Esos primeros días, cuando se quedaba dormido le ponía un pañal para prevenir que mojara la cama si se orinaba. Pero al día siguiente los pañales amanecían secos, por lo que pronto también dejamos los pañales de la noche.
El siguiente paso será dejar el biberón y que tome la leche en vasito, creo que este paso lo vamos a dar en diciembre cuando ambos estemos de vacaciones.
Vocabulario: a Gabriel le encanta conversar, aunque no pronuncie bien las palabras, pero siempre se le escucha hablando algo, repitiendo o "cantando" a su manera, tiene buen oído para la música.
Alimentación: los que me conocen y los que me siguen en este blog saben que trato de enseñarle a comer de todo, come bastante bien. Ultimamente le gusta la espinaca con crema, se la puede comer sola o mezclada con pasta como si fuera la salsa. Le encanta la pizza, nos va muy bien con los Kale chips, las tortas de huevo con kale, espinaca o brócoli. Come carne (preferiblemente molida, bolognesa), pollo no es su favorito pero últimamente nos ha sorprendido comiéndolo y estamos mejorando con el pescado (preferiblemente bañado en limón). No le gustan los jugos, pero es buen tomador de agua y si le agregamos un poquito de limón ya tiene su limonada favorita pero sin azúcar. Claro que también están aquellas indulgencias que aunque no me gusta mucho ofrecer, también están en la lista de favoritos: papitas de McDonalds, papitas de pringles cuando vamos al supermercado para convencerlo de que vaya sentado en la carretilla, y los favoritos M&M's o besitos Hershey's.
Mi pequeño ayudante: le encanta ayudar a poner la ropa dentro de la lavadora o cuando la pasamos a la secadora, poner sábanas limpias en las camas es otro de los momentos más divertidos para Gabriel, cuando menos te lo esperas aparece debajo de la sábana riéndose hasta más no poder.
A Gabriel le encanta la "hora de los abrazos", esto es cuando de la nada en medio de un juego o de las correderas de la mañana nos abrazamos los tres, se le nota en la cara lo feliz que es cuando estamos juntos.
No quiero parece una mamá de redes sociales al estilo Hollywood, que las lees y parece que sus hijos son perfectos quizás nunca ni siquiera lloran. Gabriel es un niño normal, que ríe y llora, que juega y hace pataletas, un día come espinacas y al siguiente las odia y quiere papitas, un día vamos al supermercado y va tranquilo sentado en la carretilla, pero otro día vamos y tenemos que salirnos porque no me deja hacer nada pues quiere correr por los pasillos, tiene días que es cariñoso con todo el mundo, pero otros días no quiere saludar a nadie y solo quiere estar conmigo, un día come y no se ensucia mucho y otro día quiere meter la mano en el plato de la sopa. Lo regañamos, tenemos nuestros disgustos y tenemos nuestros momentos de padres orgullosos. Unas cosas compensan otras, es parte de las etapas del crecimiento de los niños y es normal. Al inicio y al final de cada día lo importante es que estamos juntos y le damos gracias a Dios por toda su misericordia.
Te amamos con la vida Gabriel, nunca lo dudes, incluso cuando te regañamos.
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