Como el vino, como las
letras, como la historia, la música es una expresión universal. Dentro de ese universo hay una porción del
pastel que es muy interesante y tradicional.
Me refiero al Flamenco como género musical, y dentro de éste, Juan Peña
"El Lebrijano" fue un exponente digno de recuerdo.
Juan Peña Fernández nació en Lebrija, en la provincia
de Sevilla, España, el 8 de agosto de 1941.
Fue músico y cantaor, miembro de la familia gitana Perrate de Lebrija, a
la que pertenecía su madre María Fernández Granados.
El talento de El Lebrijano se manifestó desde muy
temprana edad, con carácter profesional desde al menos los 9 años de edad. Para ser considerado un ícono, tiene que haber
legado imperecedero y trayectoria invaluable.
En el caso de Juan Peña "El Lebrijano", es considerado un
andaluz ilustre, un músico universal, un importante compositor e innovador, un
cantaor irrepetible y un maestro insigne y representativo de esa cultura antigua
y plural.
Gabriel García Márquez |
Logros y exposición.
El Lebrijano fue el primer cantaor en llevar el flamenco al Teatro Real
de Madrid, en 1979. Como todo un
catedrático, llevo el género musical por todas las Universidades de
Andalucía. Son los logros necesarios para preservar esta
cultura y folclore. Pero innovar es
crear espectáculos tales como Persecución (en 1976), Reencuentro (en 1983), y
¡Tierra! (en 1992). Exponer es llevar
estas obras culturales más allá de las fronteras de España, si como lo hizo en
su visita de octubre de 1983 a Indira Gandhi en la India, y su participación en
el cumpleaños 60 del Rey Hussein, en noviembre de 1995 en Jordania. El Lebrijano fue portador ilustre del ser y
el sentir flamenco en el exterior, brindando exposición de la cultura y a la
vez, prestigio a Andalucía.
Tras sus méritos vanguardistas en el arte flamenco del
cantar, Antonio Gala, escritor español, inmortalizó la frase "cuando El
Lebrijano canta, hasta Dios se sorprende".
Similarmente, tras el goce de la fiesta flamenca, Gabriel García Márquez
lo hizo célebre con su testimonio famoso de que "cuando Lebrijano canta se
moja el agua".
Su carrera fue larga y rica, muchas veces en compañía
de célebres guitarras españolas como Niño Ricardo, Manolo Sanlúcar, Juan Habichuela,
Pedro María Peña, Melchor de Marchena y Paco de Lucía. Miles son los afortunados que lograron
deleitarse en la presencia de este cantaor y guitarrista, en tablaos de Sevilla
y Madrid. Sus composiciones aportaron
nuevas melodías al panorama de lo jondo, y unificó estos ritmos y sones con la
música arábigo-andaluza.
Murió en su casa, en Sevilla, el 13 de Julio de 2016,
a la edad de 74, tras más de 60 años de vida artística y luchador incansable
por la cultura española. Hoy se
constituye como uno de los cantaores históricos que más ha contribuido a la
revolución de los tiempos musicales.
Su última obra es Cuando Lebrijano canta se moja el
agua, frase que le dedicó García Márquez, y que sirve de tributo al premio
Nobel de literatura, dado que son textos del autor colombiano los que sirven de
letras a los variados cantes que conforman este trabajo. Esto, señoras y señores, es Historia de la
Música.
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