domingo, 28 de septiembre de 2014

Soy - Elegancia culinaria oriental en el Hard Rock Hotel Panamá Megápolis



Impulsados por el éxito rotundo y sensacional que tuvimos en Tauro, Concepción y yo decidimos visitar este hermoso bistró oriental, también ubicado en el piso AS1 del Hard Rock Hotel Panamá Megápolis. 

Más que un bistró, es un gran resturante de gran elegancia oriental que ofrece varios diferentes ambientes, acorde al magnífico concepto de los restaurantes que pertenecen a la mega-marca Hard Rock. 

Nosotros habíamos reservado con días de anticipación (es recomendable reservar), y al llegar nos hicieron sentir que genuinamente nos estaban esperando.  Nos presentamos ante una elegante anfitriona a la entrada del suntuoso recinto, y al pronunciar mi nombre vi aparecer ante nosotros a Don Rafael Guillén, Gerente muy atento del hermoso restaurante.  No cabe duda de que Hard Rock ha hecho mucho énfasis, y probablemente invertido importantes recursos en asegurar la oferta del más atento y profesional servicio posible.  Este notable elemento los hace ser certeramente distinguidos entre muchos otros resturantes de Panamá, y es una de las cosas que nos hizo regresar aquí a cenar. 

El propio Gerente nos introdujo de manera muy entusiasta a su gran comedor, ofreciendonos los diferentes subambientes; todos muy apeteciblemente refinados y acogedores.  Una vez cómodamente ubicados en nuestra mesa, comenzó la diversión.  ¡Hasta este momento nos sentíamos Concha y yo como celebridades!

Mesas Tatami

Cómodo y acogedor comedor principal

Uno de los ambientes ofrecidos al entrar es el de los círculos tatami; concepto japonés que te hace sentir verdaderamente oriental e íntimo.  Nosotros elegimos sentarnos en un ala del comedor principal; no obstante, prometemos volver con amigos para sentarnos en el divertido estilo que corresponde. 

Dos atributos importantes de este hermoso lugar son: el Sake Bar, de donde provienen los cocteles y especializadas bebidas calientes y frías, preparadas minuciosamente por el barista experto.  Y como en todo legítimo resto-bar oriental; requisito indispensable no puede faltar la barra de sushi o raw bar.

Sake Bar
Sushi y Raw Bar

Como de costumbre, pedimos poder leer la carta de vinos.  Al tiempo que ésta llegaba, nuestro amable server nos trajo la tetera japonesa calientita y rebosante de delicioso té verde.

Evidentemente es fascinante para mi revisar la lista de vinos.  Debo recalcar inmediatamente que el primer vino de la lista es uno de los más recomendados para disfrutar con comida oriental: de Argentina, el Rutini Gewürztraminer (se pronuncia "gue-vertz-traminer").  Otras cuatro buenas opciones complementan la sección de vinos argentinos.  Cuatro son las opciones chilenas, incluyendo el cremoso y completo Montes Alpha Chardonnay.  España es representado en la lista por seis muy buenas opciones; cuando no por la variedad gallega y estilizada Albariño, por la redonda y borgoñesa Chardonnay.  Francia, Italia y Australia están en la lista; mas debo enfatizar también el Blue Fish Sweer Riesling, de Alemania.  Cinco vinos espumantes y siete Champañas le dan continuación a la apetitosa lista, incluyendo el Prestige Cuvée Dom Perignon Rose, para ocasiones importantes o el uso de la cuenta corporativa, listado a $1,200 la botella.  Los vinos tintos también están presentes; 14 argentinos, 12 chilenos, 12 españoles, 1 francés, dos italianos, tres californianos, tres australianos y un alemán. 

El Gerente Rafael Guillén visitó nuestra mesa nuevamente para ofrecernos un plato surtido del sushi bar.  Se nos hizo agua la boca al tiempo en que asentíamos decididamente ante la oferta.  Minutos después, llegó a la mesa una hermosa bandeja que contenía sashimi de cojinúa, de pulpo, de atún, y de salmón; todo deliciosamente fresco y acompañado de gengibre encurtido, wasabi y lima.  Dos rollos complementaban la bandeja; el Samurai y el Especial del Chef, que contenía soft shell crab por arriba. 

Decidimos acompañar esta lujosa bandeja con una jarrita de sake Hana Lychee, servido ligeramente frío.  Este vino se presentó muy exótico en nariz, con aromas a talco de bebé y jabón de baño fino.  Preciosa la armonía en este vino, entre su suave estructura y su delicado dulzor.  Su paso por boca es suave, pausado, meditativo y relajante al paladar.  Tiene su final con notas a flor de saúco y sutil lichi que perdura al menos 30 segundos. 


Salsa de soya. La tetera detrás


Plato surtido desde el Sushi Bar


Pausa y seguimos.  Decidimos probar el ceviche de la casa.  Es una bella composición de finos cortes de percado blanco muy fresco, lascas de platanito, porción de puré de camote, ensaladilla de microhierba y tomate cereza, cebolla morada, camarones; todo colocado sobre leche de tigre.  La acidez del ceviche saca a relucir el dulzor del sake, escondiendo o venciendo toda su delicada estructura.  Es una sensación muy agradable, pero no contentos con eso, decidimos probar la majestuosidad de este ceviche contra un Chateau Ste. Michelle Riesling de Columbia Valley (Estado de Washington), cosecha de 2011. 


Al igual que Tauro, el resturante Soy hace muy buen servicio del vino, a la temperatura correcta, en copas apropiadas que en este caso muestran bellamente el tenue color dorado de este vino, que además deja brillantes reflejos verduzcos.  El vino ofreció un bouquet exótico, con aromas a hierbabuena y notas secundarias a azúcar quemado y caucho.  Su desempeño en el paladar va en ordenado incremento, en intensidad de sabores, desde un comienzo cítrico a limón chino, hacia hermosas notas minerales y brillante acidez.  Su final es ligeramente dulce, lo que hace este vino ser un compañero fenomenal para los platos orientales.  Muestra un toque a miel y whiskey en su final de mediano a buen largo. 

Fusion Ceviche


El menú de Soy es muy interesante de examinar.  Recomiendo que a la hora de elegir, lean esta carta de platos con calma, y pidan ayuda al mesero, y hasta recomendaciones.  El servicio es extremadamente gentil y dispuesto a ayudar. 

Las entradas son nueve, que incluyen el apetitoso Spicy Lobster Tempura, Crab Fritters, y Wrapped Scallops.  Nosotros nos fuimos por el Fusion Ceviche, pero prometemos regresar por los aquí mencionados. 

Otras entradas o platos compartibles están listados bajo el título Sushi Bar Specials.  Carpaccios, Tiraditos y Tartar; son cinco las ofertas para quienes nos gusta el inigualable frescor del pescado crudo o ahumado.

No hemos terminado con las entradas; hay Tempuras.  De Langostino, de Conchuelas, de Calamar, de Mariscos, de Cangrejo de caparazón suave, de Vegetales Variados, y todos servidos con salsa Tentsuyu.

Siguen en el menú cinco opciones de ensalada, y dos de sopa. 

Continúa el menú bajo el título: Rolls & Hand Rolls.  Esta sección está sub-dividida en Makis & Temakis, Sushi Nigiri, Rollos Especiales, y Sashimi.  Por eso recomiendo mirar esta carta con calma.  

Nosotros nos decidimos por el Volcano Roll, que está listado bajo el subtítulo de Rollos Especiales. Es un rollo que contiene langosta tempura, queso crema, cebollina, lechuga, atún y aguacate, delicadamente flambeado, y colocado sobre salsa de langosta thermidor y hash de hongos; muy delicioso.


Volcano Roll

Duck Breast

Shrimp Pad Thai


La lista de Platos Fuertes es igual de compleja e interesante.  Ofrece unas dieciséis opciones que van desde el arroz frito, los fideos y vegetales, pasando por los diferentes cortes de carne; las aves, costillas de cerdo, hasta llegar a los pescados y mariscos.

Nosotros optamos por el Duck Breast y el Shrimp Pad Thai.  El primero consiste en rebanadas de tierna carne de pechuga de pato (Magret de Pato), acompañado de algodón de azúcar, salsa a base de tamarindo y cardamomo, y humus de garbanzo con tahini (pasta de semilla de sésamo) y almendras.  El Pad Thai es suculentamente preparado con leche de coco, nam pla (salsa de pescado), tofu, maní, albahaca, curry y también los crutones de plátano.


Finalmente vino la hora del postre.  Como se imaginarán, Concha y yo estábamos repletos pero casi satisfechos.  Había que mirar los postres, y Concha me hizo la salvedad de que debía ser el más light de todos.  La carta ofrece: Peanut Butter Spring Rolls, Passion Fruit Curd, Green Tea Créme Brûleé, Coconut & Mango Tapioca, Banana Cheesecake, y Fruit Platter.  Continúa además con una lista de helados y sorbetos.  Nuestro amable server sugirió que probaramos el Banana Cheesecake.  Evidentemente que esa opción no cabía dentro se los parámetros establecidos por mi señora.  Luego, el mesero muy entusiastamente trató de convencernos de que debíamos probar el Créme Brûleé.  Nos fascinó su energía y cariño al insistir, pero tuvimos que optar por la copa de helado de té verde.  Simple, pero qué buena opción, dejenme contarles.  Es un helado delicadamente exótico, con complejidad de sabores y escencia anuezada.  Viene con dos galletitas de ajonjolí, y pudimos experimentar que este helado marida muy bien con el poquito de sake que aun quedaba en nuestra mesa. 

En fin, fue una experiencia enormemente grata para nosotros cenar en este fascinante restaurante oriental del Hard Rock Hotel Panamá Megápolis.  Nos sentimos muy agradecidos por la apreciable atención, realmente magnífica, por parte del Gerente de Soy, del amable mesero, y por supuesto, por las obras de la cocina, artísticas y deliciosas, que presentaron para nosotros.  Salimos con muchísimas ganas de regresar muy pronto.



Helado de Té Verde
  



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