Compra, consumo
y control financiero. Al leer estas tres palabras, los más
distraídos pueden pensar -en un primer momento- que es imposible alinearlas. Al hablar de planificación financiera,
inmediatamente pensamos en algo difícil de ejecutar, algo que necesita ser
minuciosamente preparado para ser usado en un determinado momento del futuro,
con beneficios comprobables. Todo parece
muy difícil, ¿verdad?
La disculpa trae consigo una actitud
peligrosa: “a fin de cuentas, si puedo consumir hoy ¿por qué dejarlo para Dios
sabe cuándo?”. La primer gran lección de
educación financiera es justamente controlar el impulso del hoy y del ahora. Lo creas o no, la prisa es la enemiga de la
perfección y hace al consumo mucho más caro y trabajoso. Pero, el mensaje es este: consumir no es
pecado. Sin consumo no tendríamos
economía, empleos ni oportunidades para todos. La pregunta fundamental que debemos hacernos
es la siguiente: ¿por qué el consumo o la compra no pueden ser planificado,
pensado y hecho de manera consciente?
Los
dramas de la vida real asustan
Al pasar por
momentos de gran desgaste emocional, muchas personas terminan viéndose
envueltas con la peor sensación post-compra: aquella que se mezcla con el
inconsciente, un lugar muy peligroso. Los
dramas de la vida real se ven aliviados por la sensación de la compra. Esto, generalmente, trae secuelas (y deudas)
peligrosas.
Pero una gran
lección de educación financiera es esta: define un objetivo y trabaja en pos
de él. Define el valor y tenlo siempre a
mano, de esta forma tus intereses podrán guiarte y evitar que –aún en períodos
de emociones fuertes– dejes que el bolsillo tome el control. Hasta las compañías han descubierto la
importancia de valorar la educación financiera.
Está claro que existen algunos momentos más
comprometedores y que demandan mucha más atención. El inicio de una relación, el nacimiento de un
hijo, una promoción en el trabajo, por nombrar algunos. Pues así es, no es
novedad que los momentos de gran emoción son también situaciones de posible
descontrol financiero.
Para
todo esto, planificación
Un arma eficaz y
que trae un beneficio inmediato es saber sostener y alimentar metas a corto,
mediano y largo plazo; revalidándolas y renovándolas constantemente. Tratar de aprender cómo anticiparse al futuro,
actuando para su concreción desde ahora, desde el hoy.
Muchos jóvenes se
encuentran endeudados ya desde el período de universidad. Muchos porque no aprendieron en la escuela -ni
en estudios superiores- que existen medios y modos más conscientes de realizar
sus sueños de consumo. Nadie los educó
financieramente, ni intentaron hacerlo; nunca. Los jóvenes consumen en demasía y,
desgraciadamente, no se interesan por el tema.
Pero al mismo tiempo, una generación nueva y llena de expectativas puede iniciar una vida de control financiero, buscando información que haga la diferencia, y los lleve a un futuro más pleno. Esta generación está ahí, aquí y necesita espacio y también ser valorada. A fin de cuentas, sabemos que aquellos pequeños valores gastados de manera irresponsable pueden hacer falta en el futuro, que siempre llega.
La
actitud como herramienta de la sociedad
El control
financiero debe basarse en la planificación a largo plazo, desde muy temprano. Significa pensar en la calidad de vida, cuando
muchas empresas solo se interesan por extraer el máximo provecho de nuestra
rutina de trabajo.
¿Cuáles son tus
planes para el futuro?
Cabe, entonces,
incentivar a las familias a conversar con franqueza sobre el dinero, sin tabúes o
reglas definidas. Es momento de para que
todos oigan y hagan juntos una evaluación de los logros y de los problemas
financieros que se atraviesa en este momento, para poder hacer un cambio de
rumbo. Es hora de ser disciplinados.
De la misma forma en la que resulta obvio
comprender que quien pasa por momentos delicados y de gran emoción puede
comprometer sus objetivos y meterse en grandes problemas financieros, es
notable la relación de éxito de personas que decidieron tomar el control de su
dinero y comenzaron a planificar sus gastos. Con una actitud que venza la pereza, puedes
comprar más y mejor. Hoy y siempre.
Sofía Macías
Consultora Financiera del Programa Consumo Inteligente de MasterCard
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