Io sono l’amore es el título original de esta película dirigida por el cineasta italiano Luca Guadagnino. Como he mencionado antes, cuando el cine de Hollywood no da la talla en esta época, por el motivo que sea, el cine independiente (además de los documentales) es una alternativa estupenda; y esto es cine italiano. El filme es actuado en el idioma italiano, en su totalidad, y lleva subtítulos en inglés.
Se trata de un drama bellamente protagonizado por la actriz británica Tilda Swinton, quien hace el papel de Emma, la elegantísima esposa de Tancredi Recchi. Los Recchi son una familia de industriales archi-millonarios, manufacturadores de textiles en Milán. La fortuna y la homogeneidad familiar proviene del padre de Tancredi, Edoardo Sr., quien es el patriarca familiar y fundador del beneficio industrial.
A lo largo del filme, es fascinante observar el nivel de opulencia y suntuosidad que rodea la vida de esta bella familia, rebosante de lujos, buen gusto, y un sinnúmero de sirvientes. Igualmente deleitable son los escenarios de la película, que muestra bellos lugares en Milán, en la hermosa campiña italiana, Londres y otros sitios. Todo parece una historia de ensueño. Es sabido que en el Norte de Italia existen familias que viven justo a este nivel de riqueza, exuberancia, estilo y poder. En el desenvolvimiento de esta historia, se da un relevo generacional en torno a los negocios del patriarca, quien abdica en favor de su nieto mayor, Edoardo Jr.
El trama me recordó un poco a aquella serie de televisión, Dinastía. Es algo bastante parecido, pero en este filme, por supuesto, al estilo europeo-italiano. Y claro, no hay fortuna perfecta, ni nada que se le parezca, toda vez que la desgracia alguna vez toca a la puerta.
En mi opinión muy personal, la moraleja de esta película, que además hace referencia a su título (I Am Love), reside sobre la reserva del amor familiar, quien es y debe ser la madre; en este caso, Emma. Cuando ese caudal de unidad familiar comienza a fallar, ocurre la desgracia y la familia se desmorona.
Disfruté de escuchar el bello idioma italiano; de ver las costumbres tan refinadas de esta familia tan singular; de los bellos escenarios; y, como buen cine europeo, el filme ofrece escenas de gran sensualidad y erotismo; muy fina y bellamente escenificadas. El filme lleva un buen trama, un buen desenlace y su moraleja, que en mi opinión, es la que aquí expreso. Buen cine italiano de altura; muy recomendado. Aquí les dejo los avances (trailer).
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