Mucha veces el vino es parte de la vida de uno, muy parecido a como es la familia. A lo largo de nuestro bello paso por esta vida, el vino nos brinda momentos agradables; aveces románticos; aveces interesantes. Siento que en mi viaje personal a través del mundo de los vinos, acabo de empezar un episodio interesante. He empezado en mi pequeño país una nueva actividad y un nuevo grupo, a través de la red social de Twitter, llamado @Tweetvinos. Nos reunimos un pequeño y ameno grupito por primera vez, el domingo 21 de Agosto de 2011, y ya estamos organizando nuestro segundo encuentro, y éste será para degustar vinos de la variedad Zinfandel.
Asi como he escrito sobre las cuatro uvas rojas “clásicas” utilizadas en la elaboración de vino (Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, y Syrah), ahora es preciso mencionar las rojas “importantes”, que son seis: Barbera, Gamay, Nebbiolo, Sangiovese, Tempranillo, y Zinfandel. En este artículo, me refiero a ésta última.
Por décadas, Zinfandel fue la uva roja más plantada en California, hasta que Cabernet Sauvignon la superó en 1998. Actualmente la segunda más plantada, en número de acres, Zinfandel sigue siendo la variedad tradicional de ese estado. Es una variedad tan versatil en su habilidad de hacer vinos, que algunos le llaman “el enmascarado”. Es vinificado en todo estilo, desde vino blanco hasta vinos dulces estilo Porto. Pero los expertos adeptos a esta cepa presumen y alardean mucho sobre ella; el verdadero vino Zinfandel, que normalmente son vinos secos que satisfacen cada papila del aparato gustativo, con características explosivas, repleta de sabores amermelados a mora, higo, jobo, y frutas silvestres y acirueladas. En este estilo tradicional, suelen ser vinos completos de cuerpo, masticables, y notorios por su habilidad de teñir (temporalmente) los dientes como si fuera kool-aid de cereza.
Son vinos con naturaleza y espíritu a especias, y taninos salvajes e inolvidables. Sin embargo, pueden ser domados y vestidos elegantemente de tuxedo, como son los que produce la Familia Seghesio en Dry Creek Valley (AVA), en el Condado de Santa Rosa. Estos son alabados, no solo por su estilo elegante, pero además por su complejidad y profundidad. Los de Seghesio son jugosos, con fruta prominente y brillante, acidez balanceada, y notas a zarzamora, anis y pimienta.
No soy muy amante del “White Zinfandel”, pero es digno de ser mencionado puesto que éste supera en ventas al verdadero Zinfandel. El estilo fue creado por Sutter Home en 1972. Es logrado a través de una maceración muy breve, es decir, removiendo las lías del mosto antes de que las pieles de la uva puedan aportar mucho color al vino. Un color rosado ligero es logrado, y también un vino que es ligeramente más dulce, demostrando asi la capacidad que tiene esta uva de lograr un vino con ciertas dimensiones y balance de fruta y acidez, aun con la muy breve maceración. Sin embargo, el white zinfandel es considerado por los enófilos serios como un vino para principiantes.
Básicamente, Zinfandel es plantado solamente en California, aunque también es producido en menores cantidades en Australia, y también hay que tomar en cuenta su consorte europea, la uva Primitivo, que crece en Italia, y genéticamente evidencia ser el mismo varietal.
Por ser estos vinos de características tan expresivas, logrando bellas dimensiones de fruta, especias, y deliciosa textura de sensación amermelada, es que he pensado en maridarlos con una buena hamburguesa de El Burger Bar, para el #TweetVinos versión #2, aunque popularmente, Zinfandel es muy servido en la mesa de Thanksgiving junto al pavo, y cualquier otra carne de ave; también con asados y barbacoas. Salud y armonía a todos!
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