Escribir sobre
Brunello di Montalcino es para mi algo tan grato y solemne como lo es el
deleitar el paladar con estos vinos de gran prestigio, pedigrí y calidad.
Toscana representa para los italianos lo que Bordeaux es para los
franceses, y Rioja es para los españoles. Es, sin lugar a dudas, un área
bella y privilegiada, y para los puristas, seguidores de sus vinos, es una
región sacrosanta y tocada por la mano de Dios.
Toscana es
también la cuna de tres de los vinos más importantes de Italia: Chianti,
Brunello di Montalcino, y Vino Nobile di Montepulciano. Aunque los tres
son elaborados de la misma variedad de uva, sangiovese, sus vinos saben
notablemente diferente. Y es que esta variedad ancestral ha desarrollado
a lo largo de los siglos varias "familias"; clones diferentes.
Pero esta no es la única razón. Debido a sus tantas elevaciones,
ondulaciones y diversos relieves, Toscana es un universo de multiples
microclimas.
Sangioveto es
uno de los clones (de Sangiovese) más importantes y comúnmente presente en
Brunello. Sin embargo existe un clon de Sangiovese que lleva el propio
nombre Brunello. Este es el principal protagonista en la composición de
estos elegantes vinos. Brunello es un vocablo dialéctico que quiere decir
el oscuro fino. Es el vino más reverenciado de Toscana. También es
el más exótico, más antiguo y más costoso. Es elaborado en la aldea de
Montalcino, una villa medieval amurallada, ubicada en la parte Sur de Toscana,
colindante con un cerro rocoso, y más o menos a una hora manejando hacia el
Sur, desde Chianti Clásico.
Esta región
sureña es más cálida, lo que ofrece como resultado vinos de mayor cuerpo y
desarrollo que los de Chianti. Esa pequeña diferencia en temperatura es
suficiente para garantizar a los productores de Montalcino que las uvas van a
madurar plenamente y cada año, y producirán vinos con matices, elegancia y
complejidad. Gracias a estos atributos naturales es que Brunello di
Montalcino sólo usa el varietal Sangiovese para la elaboración de sus vinos; a
diferencia de Chianti y Vino Nobile di Montepulciano, que si añade pequeñas
cantidades de otras variedades, para producir diversos niveles de sabor en el
resultado final.
Los viñedos de
Brunello di Montalcino abarcan unas 1,214 hectáreas, cifra muy modesta si la
comparan con las 16,600 hectáreas sembradas en Chianti. Se encuentran a
unos 564 metros sobre el nivel del mar. Los terrenos contienen
considerablemente más pizarra caliza que en el resto de Toscana, además de
barro, tosca, terreno volcánico, y porciones de un barro conglomerado rico en
carbonato de calcio llamado galestro. Las mejores parcelas y los mejores
viñedos están sembrados de manera escalonada, osea, en declives o laderas.
Es innegable que
Montalcino representa un lugar privilegiado, en todo sentido. Diferente
por su clon, su suelo, sus relieves, su microclima, su iluminación solar, y no
me extrañaría que hasta por su gente. El resultado es consecuente con
estas bondades, dando al mundo un vino muy nutrido en sabores, carnoso en
textura, con complejos aromas y sabores a mora, cereza negra, zarzamora,
chocolate, violetas y cuero. Otro detalle importante sobre este venerado
producto es que, por ley, Brunelo di Montalcino debe ser añejado más tiempo que
básicamente cualquier otro vino italiano. Esto es cuatro años; dos de los
cuales debe ser en barrica de roble, en el caso del Brunello di Montalcino
común. Debe ser añejado por cinco años; dos y medio de los cuales debe
ser en barrica de roble, en el caso de los riserva.
Las mejores añadas de Brunello normalmente arrojan vinos de imponente
elegancia, redondez, y bella concentración. Estos vinos poseen un factor
que añade a su valor de mercado, que es su reputada habilidad de añejar.
Debo mencionar,
antes de finalizar este artículo, que Brunello di Montalcino no debe ser
confundido con Rosso di Montalcino. Rosso muchas veces es mencionado
cariñosamente como el hermano menor del Brunello di Montalcino. Rosso di
Montalcino es un vino más liviano, más afrutado y menos complejo que el
Brunello. La razón de ser consiste en que Rosso proviene de los viñedos
más jóvenes y/o menos ideales de Montalcino. Los pagos de Rosso no son
tan limitados como los de Brunello, y además, por ley, Rosso di Montalcino debe
ser añejado tan solo por un año (Brunello por cuatro). ¡Salud!
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